Estaba en Asturies comiendo este puente de Mayo cuando nos pusieron una peli: EL DÍA DE MAÑANA. No puedo decir que sea una película de Oscar, pero sí son interesantes sus efectos especiales y sobre todo, su temática: El Cambio Climático y sus desastrosas consecuencias. Me hizo reflexionar algo más al oír en la radio que en un siglo la temperatura global ascenderá entre 5º y 10º. No soy meteorólogo pero puedo imaginar lo que ocurriría: deshielo de los casquetes polares, inundaciones de las costas y sequía desértica en la mayoría de lugares céntricos, como Madrid, donde ya hay alarmas de peligro por la falta de agua.
He alucinado en el norte con sus contrastes de verdes, montañas y mar (pleamar y bajamar); me encantaría que mis conocidos amigos y enemigos desconocidos pudieran verlo también y no que una ola gigante a lo tsunami arrasara el pueblo de Cudillero o la nieve eterna sepultara Sta. María del Naranco, San Miguel de Lillo y el Cristo con la cruz de Pelayo. Esto empieza a sonar como “Crónica de una muerte anunciada” o “Réquiem por un sueño” y no quiero ser tan trágico. Yo soy más de “Verde que te quiero verde”.
No entiendo mucho del protocolo de Kyoto ni del desarrollo sostenible; tampoco soy de Greenpeace, ni voy a reprenderos por lo mal que tratamos nuestro entorno y haceros pensar que tal vez nuestros bisnietos vivan en un mundo muy diferente al que tenemos (o tal vez mueran, o ni siquiera puedan nacer). En definitiva, concienciaos vosotros solos del cambio climático, pero visitad acompañados el Principado de Asturias.
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