No sé porqué al ver esta foto me he acordado de Esperanza y Alberto. Ya les tuteo porque he oído hablar tanto de ellos esta semana que me parecen de la familia. Familia, pero no de los Corleone, aunque cada vez más el PP parece el Padrino. Familia, esa que defienden los obispos sin tenerla, sin saber lo que es, ni falta que (nos) hace.
También son familia estas dos mujeres de la instantánea. Hermanas, para más señas; gemelas, para los tiquismiquis. Han usado sus imágenes para denunciar las gravísimas consecuencias del tabaco. ¿Cuál de ellas fuma? nos preguntan. Se da por hecho que es la que tiene peor aspecto, más arrugas e incluso los ojos más apagados.
No seré yo precisamente el defensor del diablo (las tabacaleras, en este caso), pero tampoco el que aplauda esta demagogia. Hay muchas razones para que dos personas iguales tengan diferentes bellezas, no solo por fumar se estropea la piel: trabajos duros, fiestas y problemas personales también acaban con el físico sin probar un solo pitillo. Si no, fíjate en los obispos en general y Esperanza y Alberto en particular. Trata de adivinar cual de ellos fuma o si son familia. Una oferta que no podrás rechazar.
Por cierto, mirad que noticia (a veces la realidad supera la ficción): Se casan dos hermanos gemelos, separados desde niños. Cada uno fue adoptado por una familia diferente y sus padres adoptivos no les informaron de que tenían un hermano o hermana. La pareja no se enteró de su condición hasta después de consumado el matrimonio. Creo que se tomaron muy a pecho las palabras de Don Vito: “¿Pasas tiempo con tu familia? Bien. Porque un hombre que no pasa tiempo con su familia nunca puede ser considerado un verdadero hombre”.
También son familia estas dos mujeres de la instantánea. Hermanas, para más señas; gemelas, para los tiquismiquis. Han usado sus imágenes para denunciar las gravísimas consecuencias del tabaco. ¿Cuál de ellas fuma? nos preguntan. Se da por hecho que es la que tiene peor aspecto, más arrugas e incluso los ojos más apagados.
No seré yo precisamente el defensor del diablo (las tabacaleras, en este caso), pero tampoco el que aplauda esta demagogia. Hay muchas razones para que dos personas iguales tengan diferentes bellezas, no solo por fumar se estropea la piel: trabajos duros, fiestas y problemas personales también acaban con el físico sin probar un solo pitillo. Si no, fíjate en los obispos en general y Esperanza y Alberto en particular. Trata de adivinar cual de ellos fuma o si son familia. Una oferta que no podrás rechazar.
Por cierto, mirad que noticia (a veces la realidad supera la ficción): Se casan dos hermanos gemelos, separados desde niños. Cada uno fue adoptado por una familia diferente y sus padres adoptivos no les informaron de que tenían un hermano o hermana. La pareja no se enteró de su condición hasta después de consumado el matrimonio. Creo que se tomaron muy a pecho las palabras de Don Vito: “¿Pasas tiempo con tu familia? Bien. Porque un hombre que no pasa tiempo con su familia nunca puede ser considerado un verdadero hombre”.
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