El otro día iba camino de la biblioteca de Usera a un curso de Redacción y me encontré una especie de graffiti que rezaba algo así como: NO A LA TALA DE ÁRBOLES: SIEMPRE NOS TOCA A LOS MISMOS. ¡GUERRA A LOS RICOS! Me impresionó tanto que quería escribir sobre esto, pero no me parecía suficiente. Cuando Noemí, una compañera de NDC me propuso participar en una revista dedicada al barrio de Úsera, comencé a planteármelo y cuando mi amigo de la facultad Eloy (no solo es amigo allí, no me malinterpretéis) me dijo que hiciera (gratis, es decir sin pagar, no me malinterpretéis de nuevo) una sección de cine en Radio Vallekas, no dudé. Iba a escribir algo sobre barrios “conflictivos y revolucionarios” y sus gentes, basándome en los jóvenes, pero todo ello relacionándolo con el cine y alguna película, ya que así me sirve también para la página web, NOCHEDECINE.COM (a ver si la visitáis un poco más, y de paso dejáis algún mensaje en el foro, que ahora soy yo el responsable). Si consigo que sirva para publicarlo y escucharlo en los tres sitios (y visitéis el foro, mereceré una escultura, tanto en Usera como en Vallekas y otra en el Barrio de Salamanca, por “chulo y sobrao”.
Podemos empezar hablando de los barrios y qué mejor que hacerlo con la película BARRIO de Fernando León de Aranoa, autor de la reciente ganadora de un premio Ondas, PRINCESAS, donde también se tratan barrios de la periferia madrileña. En BARRIO, Javi, Manu y Rai son tres quinceañeros de un barrio periférico y están condenados a pasar el largo verano en el suburbio. Se dedican a hablar de chicas y a compartir sus secretos, y ven como todas las familias tienen dinero para irse de vacaciones... salvo las suyas. Con mucho tiempo libre por delante, empiezan a cometer trapicheos para ir introduciéndose paulatinamente en el mundo de la delincuencia. Siguen soñando y esperando con poder tomar uno de los barcos que se anuncian en los escaparates de las agencias de viajes, salir del barrio y ver el mar.
Las localizaciones según Fernando León de Aranoa: Es un barrio gris, cuartelero, hermético, de grandes edificios grises, de cemento y pasadizos subterráneos, de ladrillo oscuro y arquitectura imposible, sin árboles, sin apenas comercios, sin pedazos de cielo, hecho a golpe de hormigonera, vertical, laberíntico e impermeable, todo cemento, aluminio y ladrillo. Éste es un barrio de inmigración, de viviendas estrechas, incómodas, de paro, litografías baratas en las paredes y rejas en las ventanas, de miedo y cerrojos, de ropa tendida y de televisores a todo volumen. Este es un barrio de cierres echados, solares en venta, de obras, portales iguales, pilares de la M-40, tráfico rápido y alto que pasa corriendo, sin detenerse jamás en el barrio. Pero éste también es un barrio duro, honesto, orgulloso. Un barrio bajo, con la cabeza bien alta. Entrevías, La Elipa, Tetuán y el centro de la ciudad son los barrios usados tanto en BARRIO como en PRINCESAS.
En España es el que más utiliza los barrios para sus películas, junto a Achero Mañas que realizó EL BOLA (El Bola es un chaval de 12 años que vive una atmósfera violenta y sórdida. Su situación familiar, que oculta avergonzado, le incapacita para relacionarse y comunicarse con otros chicos). Por cierto, el protagonista es Juan José Ballesta que acaba de interpretar a otro chico problemático en 7 VÍRGENES. Por lo visto, se le dan bien este tipo de papeles ya que ha conseguido la Concha de Plata a mejor actor en el Festival de San Sebastián 2005, siendo el más joven en conseguirlo. Mañas también realizó NOVIEMBRE, una interesante película que pronto tendrá un artículo aparte por su parecido con LOS IDIOTAS de Lars Von Trier. Una sinopsis de NOVIEMBRE: ¡Cierren las salas, el arte está en la calle! Empujado por este grito revolucionario y un espíritu que todavía conserva su barniz de idealismo, un joven Alfredo (Óscar Jaenada, que hace ahora de CAMARÓN en las carteleras), decide crear “un arte más libre, hecho con el corazón, capaz de hacer que la gente se sienta viva”. Achero también ha realizado algún cortometraje interesante como CAZADORES (Goya en 1998)y otros dos más: PARAÍSOS ARTIFICIALES y METRO, que también recibieron numerosos premios. Además, no quiero olvidarme de mencionar al Vaquilla, el jovencito que hace años robaba coches y ahora ayuda a la policía a atrapar ladrones de coches. Creo que hay un disco de Los Chichos titulado “Yo, El Vaquilla” y próximamente se estrenará la película VOLANDO VOY sobre la vida de este peculiar personaje de nuestra cultura española.
Pero fuera de nuestro país y sin alejarnos del continente europeo, también tenemos directores que tratan los problemas de jóvenes adolescentes retratando su vida y obra, usando sus barrios como grandes decorados. Ejemplos varios: Ken Loach en SWEET SIXTEEN (cuenta la historia de Liam, un chaval que está a punto de cumplir los dieciséis años. Su madre, Jean, que está en la cárcel, saldrá a la calle a tiempo del cumpleaños de su hijo. Liam quiere aprovechar la ocasión para que, esta vez, todo vaya bien. Sueña con una vida familiar que nunca ha tenido, lo que significa crear un lugar seguro para su madre, su hermana Chantelle y para él mismo, fuera del alcance de vagos como Stan, el novio de Jean, y de su propio abuelo, un ser mezquino). O el mismísimo Truffaut en LOS 400 GOLPES (un cautivante estudio de la vida de un joven parisino que se convierte en un pequeño criminal en protesta hacia sus elusivos padres).
Y cruzando el pequeño charco del Atlántico podemos encontrar otros ejemplos de directores que tratan temas parecidos. Kubrick en LA NARANJA MECÁNICA (Las aventuras de un joven cuyos principales intereses son la violación ,la ultra-violencia y Beethoven), Spike Lee en HAZ LO QUE DEBAS (En uno de los barrios más humildes de Brooklyn, Bedford Stuyvesant, conviven atropelladamente varias familias de raza negra, algunos hispanos, una pareja de comerciantes vietnamitas y una familia de italoamericanos que tienen una pizzeria. Mookie, un chico que trabaja de repartidor de pizzas, es un testigo privilegiado de los personajes y de los hechos cotidianos que tienen lugar en el barrio, así como de las tensiones y las actitudes racistas de algunos de sus habitantes). Y hasta Woody Allen utiliza su pequeño “gran barrio”, Manhattan, para reflejar sus grandes obsesiones y pequeñas revoluciones (bueno, en su última película, MATCH POINT, se ha trasladado al pequeño barrio de Londres, muy recomendable por cierto (digo la peli, supongo que la ciudad también, pero no tengo el gusto).
Si tratamos más profundamente las revoluciones, yo hablaría de 2 películas que he visto hace poco: SOñADORES de Bertolucci (empapada en el espíritu del mayo de 68 de Francia, encarnada por un mènage a trois de adolescentes que descubren sus emociones y su sexualidad a través de un reto psicológico que les ayuda a saber hasta donde pueden llegar). Y otra película interesante es LOS EDUKADORES (son los misteriosos autores de actos creativos y no violentos con los que se dedican a avisar a los miembros del club de yates de que “sus días de abundancia están contados. Estos jóvenes idealistas deberán enfrentarse a los valores de la generación en el poder).
En definitiva, el cine está plagado de películas que tratan a personas con problemas en barrios o que quieren cambiar muchas cosas a su alrededor o realizar una revolución a un nivel mucho más grande y general. Éstas han sido un ejemplo pero hay muchas otras como TAPAS, 8 MILLAS o COOL (ésta última dirigida por el bisnieto de Van Gogh) y las seguirá habiendo. Espero que os haya entretenido y motivado para ver todas estas películas y muchas más. Ése es mi cometido en la faz de la Tierra. También deseo que Noe, Eloy y Ro1 me incluyan en sus respectivos medios. Y ya que estamos, le pido a nuestro querido alcalde que no tale los árboles de Usera y me haga una estatua en pleno Callao-Gran Vía o Plaza de España (le dejo elegir). He dicho.
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