jueves, 21 de septiembre de 2006

CRASH (COLISIÓN): un choque...emocional...


El guionista de MILLION DOLLAR BABY, Paul Haggis ha realizado su ópera prima como director, la cuál se estrena en nuestro país el 13 de Enero; y ya era hora, porque es una producción del 2004. Lo hace con el subtítulo de COLISION, pero en el contexto de la película significa ‘golpe’, y más concretamente emocional y choque de culturas. Desde luego lo que no le falta a este magnífico film es emoción. La hay a raudales, en todo momento, no dejando libre al espectador un sólo instante, sumergiéndolo en una urbe de personajes, cada uno con su historia, y no nos deja indiferentes. CRASH sigue el típico esquema de película coral, dónde un montón de personajes que en apariencia, no tienen nada en común, nos hablan de sus problemas, de sus relaciones, de sus vivencias, mientras sus historias van entrelazándose hasta llegar a un punto, un nexo de unión, dónde todo cobra sentido. Haggis, excelente guionista, aprovecha al máximo este esquema, pareciendo incluso que sea novedoso, debido a su enorme pericia para unir los diferentes elementos de la historia, aunque no llega a ser del todo perfecto, debido a que alguna situación esté un poco forzada, cosa que impide que nos encontremos ante la absoluta obra maestra que este film debería ser, porque la gran sorpresa de esta película se encuentra en la labor de Haggis tras las cámaras, ya que gracias a su estupenda puesta en escena, su propio guión termina teniendo una fuerza impresionante, alcanzando dimensiones casi épicas, gracias a unas poderosas imágenes, que el director combina perfectamente con lo habilidoso del guión, que nos lleva por las calles de Los Ángeles, dotando a la gran ciudad de un aire místico que envuelve a sus personajes, tal y cómo sucedía en la mejor película de Lawrence Kasdan, GRAND CANYON película con la que CRASH guarda más de un punto en común.

Haggis coge la ciudad y a sus personajes, los lanza al vacío, y deja que tengan un auténtico y brutal choque entre ellos. A algunos los hace odiosos, a otros adorables, y al resto una unión de ambas cosas. Los mezcla, los enfrenta, y actúa casi como un Dios con ellos, dirigiendo sus vidas en todo momento, haciéndoles pasar por situaciones límite, y haciéndoles ver que a pesar de las estúpidas diferencias raciales, y de lo dura que puede ser esta vida, siempre hay un lugar para la comprensión, aceptación, perdón y el amor. El director, logra instantes sobrecogedores, como por ejemplo, el del cartel, que pilla por sorpresa al espectador, arrancándole de dentro las más profundas lágrimas de desesperación y llenándote de angustia. Porque si algo tiene además la película, es tensión, a lo largo de todo su metraje, haciéndote sentir incómodo en todo momento. Además los instantes ‘fuertes’ ocurren en silencio, y son apoyados por la música de Mark Isham, que compone una banda sonora absolutamente impresionante y llena de fuerza, que cobra verdadera vida en algunos momentos. Paul Haggis ha rozado la maestría, rodando un gran film, que merece ser visto más de una vez, para recrearse en él, y disfrutar de auténtico y verdadero cine. Le robaron un día el coche cuando volvía del videoclub. Nada más llegar a su casa cambió la cerradura de la puerta y comenzó a pensar en la pareja de atracadores que le había agredido. Allí nació la primera idea de CRASH. Como él mismo dice, “Creo que hasta cierto punto, todo el mundo en Norteamérica se ve afectado por la cuestión de raza y el racismo, pero yo quería hacer una película irreverente, divertida, trágica y chocante. Vivimos en una sociedad regida por el miedo, donde gente como nuestro presidente utiliza nuestro miedo para controlarnos”.

¿Y qué decir de los actores? pues que están todos en verdadero estado de gracia, y cómo en toda película coral que se precie, son un montón de rostros más o menos conocidos: Don Cheadle, que además es uno de los productores del film; Sandra Bullock y Brendan Fraser, que aunque están fuera de sus típicos papeles, protagonizan la parte menos interesante de la película; Matt Dillon, que probablemente sobresale por encima de todos, y cuya interpretación merece un Oscar; Ryan Phillippe, Thandie Newton, Jennifer Esposito, William Fichtner y muchos más, forman este fascinante universo de personas tan lejanas entre sí, pero semejantes, y tan distintas entre sí, pero cercanas. Y cómo conviven en el mismo mundo, unos más fácilmente que otros, pero al fin y al cabo, conviviendo. Y demostrando, una vez más, que las personas podemos ser de muy distintas maneras en nuestro exterior, pero dentro de nuestro ser, en lo más profundo, nos mueven las mismas cosas, nos dañan los mismos males, y lo único que queremos es ser amados. No son ni buenos ni malos, simplemente comprobamos que el bien y el mal están más que unidos y una persona “mala” puede salvar la vida de varios niños tailandeses, una “buena” es capaz de matar a alguien y una niña puede salvar vidas tras ser bendecida con una capa transparente.

La película toca varios temas como el racismo, el uso de armas y el miedo post 11-S, pero todo ello con notas de humor, suspense y amor. Es un drama inolvidable donde el espectador se estremece ante los encuentros, desencuentros, maldades y bondades. Acabamos por mirar con ternura los vicios y defectos de esas vidas comunes, hombres y mujeres que viven anodinamente pero que aspiran a una felicidad y paz interior que no encuentran. Es un film sobre la soledad y la necesidad de comprensión y amor que todos necesitamos para afrontar nuestro día a día. Pero a la vez, es una valiente apuesta, porque ofrece un rayo de luz entre la grisura cotidiana. De hecho, creo que se producirá un debate a favor y en contra por la manera de usar las historias y los temas tratados. La polémica está servida. Pero aquí tendrá un defensor a ultranza y será mi apuesta para los Oscar (aunque pienso que los académicos no premiarán demasiado una historia con dicha temática, lo que sucede más o menos con BROKEBACK MOUNTAIN, pero por otros motivos), aunque aún tenemos que ver en España BUENOS DÍAS Y BUENA SUERTE de Clooney, CAPOTE y MUNICH, de Spielberg, las mayores rivales de CRASH. Para terminar de apoyarla, escribiré las críticas hechas por Rolling Stone y The New Yorker: “Una película potente, compleja e indispensable”; “La película americana con más fuerza desde Mystic River”.

En CRASH, todo el mundo es víctima y agresor, todos colisionarán durante las próximas 36 horas. Es, en definitiva, una crítica a la racista sociedad americana y un llamamiento a la tolerancia y hermanamiento entre seres humanos porque todos somos diferentes, pero también iguales.

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