sábado, 16 de septiembre de 2006

PAUL AUSTER: un escritor de ideas


Considerado uno de los escritores estadounidenses más reconocidos y admirados universalmente de su generación, Paul Auster ha creado un universo literario en torno al azar y la búsqueda de la identidad, donde realidad y fantasía invaden los espacios cotidianos del hombre. Novelista, poeta y guionista; Ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2006. Yo ya le conocía por su guión en SMOKE, pero no había leído nada de él. Aproveché la Feria del Libro de Madrid para comprar El Libro De Las Ilusiones. Jamás lo olvidaré (tanto el libro como aquella tarde primaveral en el Retiro tan bien acompañado). Ahora es el turno de leer El Palacio De La Luna, lo siguiente, tal vez, La Trilogía De Nueva York, y después, todo lo demás que haya escrito.
Paul Auster creció en los suburbios de Newark y, al igual que tantos otros niños de USA, sentía una gran pasión por el baseball. No obstante su temprana afición por la escritura le hacía un poco distinto de éstos. La lectura de un libro cuando sólo tenía 15 años, Crimen y Castigo (F. Dostoievsky), le hizo estar seguro de cuál quería que fuese su profesión: escritor. Al terminar los estudios secundarios pasó una temporada viajando por Europa (Irlanda, Francia, Italia y España). Antes de ganarse la vida profesionalmente como escritor realizó muchos otros tipos de trabajo: camarero, jardinero, encuestador... Su relación con Lydia Davis empezó en 1966, y no se casaron hasta 8 años después. Paul y su mujer pasaron una larga temporada en París, lugar en el que él ya había estado en su época de estudiante. Durante este periodo pasaron algunas dificultades económicas, hasta el punto de plantearse su regreso a los Estados Unidos. Una oferta de trabajo consistente en ser cuidadores de una casa de campo situada en Provenza hizo que el regreso se alargara hasta 1974. Ya en Nueva York, ambos se dedicaron, no por gusto sino por necesidad, a la traducción. Durante muchos años su situación financiera fue mas bien deficiente, hasta el punto que en 1978 Paul llegase a presentar un juego de cartas que había inventado de niño como un intento desesperado de conseguir fortuna. Años más tarde, el éxito de sus libros y la fidelidad de sus lectores consiguieron que la pareja pudiera experimentar una situación mucho más confortable.
Empezó a publicar críticas, poesías y ensayos en revistas como New York Review of Books y Harper´s Saturday Review. Se dio a conocer como escritor con la publicación de La invención de la soledad (1982), obra autobiográfica, y, sobre todo, con la Trilogía de Nueva York (1985-1986), formada por tres cuentos: La ciudad de cristal, Fantasmas y La habitación cerrada. Se inició en la novela con El país de las últimas cosas (1987), a la que seguirían otros títulos como El palacio de la luna (1989) y La música del azar (1990), ésta última llevada al cine por el director Philip Haas. Paul Auster ha trabajado también como guionista en THE MUSIC OF CHANCE (1993), SMOKE (1995) y EL CENTRO DEL MUNDO (2001), como codirector en BLUE IN THE FACE (1995) y como director en LULU ON THE BRIDGE (1998). Autor prolífico y de notable éxito, en su bibliografía, traducida a veinticinco idiomas, se cuentan asimismo Leviatán (1992), El cuaderno rojo (1993), Vértigo (1994), Tombuctú (1997), el ensayo autobiográfico A salto de mata (1998), El libro de las ilusiones (2003), La noche del Oráculo (2004) y Brooklyn Follies (2005). Además, es autor de varios libros de poemas, como Espacios blancos (1983), Fragmentos del frío (1988) y Cimientos (1990), entre otros, así como de El arte del hambre (1992), una recopilación de artículos y ensayos sobre literatura francesa, inglesa y estadounidense. En 2005 su cuento El palacio de cristal fue reeditado en una versión ilustrada realizada por Paul Karasik y David Mazzuchelli.
Paul Auster ha recibido distintos reconocimientos como el Premio Morton Dauwen Zabel de la Academia Americana de las Artes y las Letras (1990), de la que es miembro, el Médicis de Francia a la mejor novela de un autor extranjero (1993) por Leviatán y el Independent Spirit Award al Mejor guión original por Smoke (1995). Con Tombuctú logró el Premio Literario Arzobispo Juan de San Clemente de Santiago de Compostela (2000). Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia (1992), en 2003 obtuvo el Premio al mejor libro del año del Gremio de Libreros de Madrid por El libro de las ilusiones y dos años más tarde el Premio Qué Leer que otorgan los lectores de esta revista por La noche del oráculo. Almodóvar, también premio Príncipe de Asturias en 2006, aunque en su caso de las Artes, dijo de Auster: “Sus historias viven dentro de él, le acompañan y se desarrollan durante años. Rara vez escribe en línea recta, sus intrigas se multiplican hacia dentro y hacia fuera sin perder su unidad y sorprendiéndonos continuamente. Él mismo confiesa que su vida es un modelo de monotonía, espero que este merecido premio la rompa por un instante... y tal vez dentro de unos años leamos en una de sus historias que un escritor va a Oviedo a recoger el Príncipe de Asturias, y justo cuando está en el aeropuerto recibe una llamada que va a cambiar su vida... etcétera, etcétera...”
Una curiosidad: Juró que no volvería al cine para que no le robara el tiempo de escribir novelas pero no ha cumplido su promesa. Paul Auster comenzó en Mayo de 2006 el rodaje de su segunda película como realizador, La vida anterior de Martin Frost, en Lisboa. Un filme en el que rescata al protagonista de una de sus más conocidas novelas, El libro de las ilusiones. Otra sorpresa: en el reparto se encuentra la hija del escritor, Sophie Auster, una joven y bella cantante y actriz, que con 10 años ya hizo su primera aparición en el cine de la mano de su padre, en Lulu on the bridge.
A pesar de su trabajo en el cine, Paul Auster confiesa que le gusta ser reconocido "fundamentalmente como escritor". A mí me parece bien, siempre y cuando sea reconocido por todos y cada vez más gente lea sus libros y sienta el placer de la lectura que te hace vivir en sus obras. De las películas, adaptaciones de sus obras, ya nos ocuparemos otros. Don’t worry Mr. Auster, be happy.

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