domingo, 17 de septiembre de 2006

MARLON BRANDO: EL MACHO, rebelde con causa



“Mido un metro ochenta, peso ochenta y nueve kilos, soy americano y actor. ¿Algo más? Soy brutal, vicioso, brillante, algo loco, me gusta el doble sexo y detesto hablar de mí mismo”.

Hace poco escribí un artículo sobre James Dean, siempre me ha parecido un mito y le tenía mucho aprecio y respeto, pero ahora he leído una biografía de Marlon Brando y creo que supera al mito de Dean, o mejor dicho, le antecede, ya que era 7 años mayor que él y Dean copió mucho de la estética y mentalidad de Brando. Además, me parece un tipo mucho más peculiar, interesante y sobre todo con una vida (sexual sobre todo) más que movidita, por lo que se convierte en uno de mis ídolos.

Tal vez se excedía en algunas cosas, o directamente su vida fue un exceso, no hay más que leer algunas declaraciones que hizo pero no cabe duda de que ha sido uno de los mejores actores que ha existido (y tal vez de los más atractivos y con más magnetismo; Lo digo yo, heterosexual perdido). Lo que voy a escribir, es una mezcla de datos biográficos, de sus pelis, anécdotas y sobre todo un rendido homenaje a alguien que tuvo relaciones con Marilyn Monroe, Ingrid Bergman y Ava Gardner (“casi ná”, y no nombro a ningún hombre porque ahí pierde puntos). A continuación, el extracto de una entrevista que no tiene desperdicio:

-¿Qué piensa de su último amor?
-Bonita, pero tonta.
-¿Cómo concibe usted a la mujer ideal?
-No existe.
-Sobre usted, ¿qué piensa?
-Sería un hombre mediocre si no fuera actor.
-¿Qué siente cuando le piden un autógrafo?
-Me siento más tonto que el que me lo pide.
-¿Su definición del matrimonio?
-No puedo dársela. No la podría publicar en ningún periódico.
-¿Qué piensa de las mujeres en general?
-Todas son muy simpáticas mientras se les da poca importancia. En cuanto se saben admiradas ya está todo perdido.
-¿La regla principal de su vida?
-Vivir de cualquier manera, sin regla alguna.

REBELDE NATURAL: Brando simbolizó desde sus primeros fotogramas en camiseta la imagen del "macho americano". Fuerte, rebelde, viril y con honor. El sentido del que se dotó su físico lo convirtió en un icono de su tiempo, siendo un referente para todos los actores de su generación. Pero guiando también el deseo de muchas mujeres y las aspiraciones de otros tantos hombres. Además, fue muy comprometido por las causas justas y luchó por los derechos de indios e indígenas de Tahití, su paraíso particular y donde tenía varias islas además de un harén particular.

Hollywood, 1972. Ceremonia de entrega de los Oscar. Entre los nominados está, por quinta vez, Marlon Brando por su interpretación de Don Corleone en EL PADRINO, de Francis Ford Coppola. Todo un ídolo de juventud, un personaje que mueve masas y un orgullo para el cine americano... "Y el Oscar al mejor actor es para Marlon Brando". El auditorio se rinde en ovaciones y aplausos, pero Brando no sube al escenario. En su lugar, una mujer indígena vestida con su ropa tribal, rechaza la estatuilla en nombre Brando, en señal de protesta por las injusticias que la industria cinematográfica y el mismo pueblo americano, cometen hacia las minorías indígenas.

Esto es tan sólo un ejemplo más para describir la personalidad del afamado actor: rebelde, inconformista, comprometido, polémico, pero por encima de todo admirado. Marlon Brando nació el 3 de abril de 1924. Desde niño siempre se mostró rebelde y problemático. Fue expulsado de varios centros educativos y hasta que se traslado a mediados de los años 40 a Nueva York, no encontró su vocación. Tras la 2ª Guerra Mundial, el auge del cine Western estaba de capa caída, el público buscaba nuevos héroes lejos del clásico oeste, héroes que conectaran más con los problemas de la época. Fue el momento ideal para que surgiera una estrella. Brando era un joven con un talento prometedor y con un atractivo que cautivaba a las cámaras. Poco tardó en ganarse al público y situarse en boca de todos diciendo cosas como: “Cuando decidí ir a Hollywood era un joven lleno de confusiones y presunciones. Muy perezoso, con poca cultura y tan solo un poco sagaz. Por lo tanto era bueno para hacer cine”.

El éxito le llegaría en 1947 tras su interpretación en UN TRANVÍA LLAMADO DESEO de Elia Kazan. A partir de este momento su éxito profesional subiría como las espuma y se convertiría en el más importante ídolo generacional de la época. En pocos años se convirtió en un mito. En 1952 recibió el premio a la mejor interpretación en el Festival de Cannes por VIVA ZAPATA!, en la que encarnaba al revolucionario mexicano, de nuevo bajo la dirección de Kazan, que en 1954 le procuró su primer Oscar por su actuación en LA LEY DEL SILENCIO. De sus numerosas películas, entre las que figuran algunas de las más destacadas de la historia del cine, resaltan JULIUS CAESAR (1953), de Joseph Leo Mankiewicz; EL BAILE DE LOS MALDITOS (1958), de Edward Dmytryk; LA JAURÍA HUMANA (1966), de Arthur Penn; LA CONDESA DE HONG KONG, de Charles Chaplin, y QUEIMADA (1969), de Gillo Pontecorvo. Su rechazo claro rechazo hacia la industria cinematográfica y notorias tragedias en su vida personal le llevan a apartarse del cine durante varios años. Regresa espectacularmente con EL PADRINO y EL ULTIMO TANGO EN PARÍS a principios de los 70 y luego hasta mediados de los 80 no vuelve a interpretar, y sólo aceptaba papeles secundarios, como el del famoso coronel Kurtz en APOCALYPSE NOW. Lo único que le interesaba del cine a estas alturas de su vida era sacar dinero, por lo que aceptaba cualquier papel siempre que estuviera bien pagado.

Tuvo siete hijos reconocidos, entre los cuales uno fue a la cárcel por asesinato y otra se suicidó. Vivió una vida llena de excesos y desenfreno. Y todo su fortuna se esfumó en solventar conflictos familiares. Se cree que en los últimos años de su vida vivía de una pensión. Avejentado y gordo en los últimos años de su carrera, profundamente afectado por su tragedia personal, sus apariciones en pantalla se limitaron a vivir de su gloria y a que su brillo acompañara el de otros astros del cine actual, como Johnny Depp, en DON JUAN DE MARCO (1995), o Robert De Niro y Edward Norton, en THE SCORE (2001), que sería su última película. Murió el 2 de Julio del 2004. A sus 80 años al actor le aquejaban varias enfermedades relacionadas con el sobrepeso. Entre sus conquistas figuran actores tan conocidos como Burt Lancaster, Laurence Olivier, John Gielgud, Tyrone Power, James Dean, Montgomery Clift o el compositor Leonard Bernstein. La lista de sus amantes femeninos no es menos larga e incluye a Shelley Winters, Ava Gardner, Marilyn Monroe, Gloria Vanderbilt, Ingrid Bergman, Anna Magnani y al mito de la canción francesa Edith Piaf.

“La perspectiva de envejecer nunca me ha preocupado de una manera particular. No he hecho nunca nada para no engordar o ser calvo. Pienso que la belleza de un hombre está dentro de él, en el cerebro, en la conciencia, en el ánimo. No en los ojos, la figura o el físico en general. Yo seré un viejo maravilloso. De otro modo preferiría reventar”. Marlon Brando.

Y así fue. Reventó. ¡¡Dios (o el Diablo) salve a su majestad, el divo, el macho, Marlon Brando!!

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