viernes, 15 de septiembre de 2006

LAS PERSONAS MUEREN, LOS IDEALES NO

Después de que Emiliano Zapata fue masacrado a balazos, un personaje de VIVA ZAPATA! se para ante al cadáver y cierra la película con siguiente frase: ¡hay que tenerle mucho miedo a un hombre para matarlo de esta manera! ¿Había necesidad militar de desplegar tanques y aviones para tomar un palacio con unos cuantos civiles con ametralladoras? Me refiero a la Moneda, palacio donde murió Salvador Allende el 11 de Septiembre de 1973.

Siempre he tenido especial curiosidad y admiración por Rebeldes y Revolucionarios en todas las facetas como Zapata y Ché Guevara en socio-política o James Dean y Marlon Brando en cine. Pero siempre había algo que no terminaba de convencerme en estos “mitos”, tal vez que eran demasiado radicales en sus pensamientos. En cambio Salvador Allende se ve un hombre más moderado, quería cambiar las cosas, pero con paciencia y sobre todo, desde la democracia y el pueblo. Esto me ha cautivado, al igual que su muerte heroica, suicidándose antes que entregarse al golpe de estado impuesto por los americanos a través del dictador Pinochet.

Creo que estoy hablando como un fanático de Allende: no es así, pero seguramente sea de las personas más importantes de las que he tenido curiosidad por saber más. Lo mismo me ocurrió con Gandhi y JFK. Pero me temo que con Salvador es más aún, lo veo más cercano y mucho más identificado con mis ideales. En fin, también puede ser que aún esté traumatizado por V DE VENDETTA, una excepcional película sobre revoluciones del pueblo frente a gobiernos ultraconservadores, o que esté muy reciente todo lo que está organizando EE.UU para vengarse por el 11-S en Afganistán, Irak, Palestina, Líbano y posiblemente, pronto, en Irán; Pero lo que tengo muy claro, es que a partir de hoy, cuando oiga hablar del 11-S, no me vendrá a la mente Nueva York, sino el palacio presidencial de Santiago de Chile donde Allende hizo este discurso:

11-S-1973, Radio Magallanes, Santiago de Chile: “La situación es crítica, hacemos frente a un golpe de Estado en que participan la mayoría de las Fuerzas Armadas. En esta hora aciaga quiero recordarles algunas de mis palabras dichas el año 1971, se las digo con calma, con absoluta tranquilidad, yo no tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea que el pueblo me ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad mayoritaria de Chile; sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena y defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo. Si me asesinan, el pueblo seguirá su ruta, seguirá el camino con la diferencia quizás que las cosas serán mucho más duras, mucho más violentas, porque será una lección objetiva muy clara para las masas de que esta gente no se detiene ante nada. Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”. Salvador Allende

Poema de Benedetti: "ALLENDE"

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama,
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar mas para seguir matando,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza,
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa,
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejercito,
pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo
y tenia en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios mas tanques mas rencores
mas bombas mas aviones mas oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse siempre a la muerte
matar y matar mas para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad,
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

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